diciembre 23, 2004

¿Ya le pidieron a Santa Claus?

Se dice que mañana llega el afamado Santa Claus, mi hermana sigue intentando convencerme de que dicho personaje no existe, pero yo, en mi empeño, me levanto todos los veinticinco de diciembre a esperar los regalos. Hace varios años que no encuentro nada al pie del arbol de navidad, será porque mi madre olvido desde hace muchos años poner uno.

Santa Claus, personaje de bigotes y barba, rechoncho que recorre el mundo en una sola noche, vestido de rojo, para llevar regalos a los niños que se portaron bien, nunca me he podido explicar como le hace para darle la vuelta al mundo y pararse casa por casa en una sola noche, pero hasta ahora nunca ha fallado en su tarea.

Hace dos años que Santa Claus regreso a casa, la nueva silla en el comedor explica el porqué de tal suceso, a sus dos y pico de años se emociona de forma espectacular cada vez que sus padres lo traen a casa de los abuelos para descubrir que aquí también llegó Santa Claus. Cada sonrisa que nos regala cuando abre los regalos son mis mejores explicaciones de porque Santa Claus debe existir.

Pero tengo una teoría, de porqué a los grandes Santa Claus no nos trae nada: Somos muy dificiles de complacer, por lo cual Santa Claus mejor decidió dejar de llevar regalos a los grandes, suficiente tiene con recorrer el mundo en una sola noche como aparte tener que ponerse a escojer el regalo exacto para cada persona.

Por eso sigo en la espera, estoy seguro que un año de estos, Santa Claus encontrará lo que me hace falta y me descubriré al pie del arbolito de navidad sentado junto a mi sobrino rasgando la envoltura y sonreiré... Que falta nos hace sonreir.

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