febrero 27, 2008

Ayer me acordé

Ayer mientras me transportaba en el servicio público hacia mis aposentos para recogerme, me encontre con una de esas narradoras sociales o al menos así se autodenominó, tras escuchar una breve historia sobre Tlatelolco y la matanza, muy al estilo Clío, pero sin ese, no se qué, qué, qué se yo, nos atiborro a mi y a oras dos personas que estabamos poniendo atención con poesias provenientes de los retorcidos talentos de compañeros de la comuna en donde vive o al menos eso presume:

La primera, "Santo Orgasmo", la verdad es que al primer jadeo, me llamó la atención la cara de la señora que iba sentada una fila atras y a la derecha de la mía, no era una cara de sorpresa, al reves, era una cara que reflejaba una idea muy firme, "pobre niña, no sabe lo que es una buena cogida", llegué a esa conclusión debido a la forma en la que mordisquiaba sus labios y meneaba su cabeza con su descontento, al regresar la mirada, la narradora, estaba pepenada del tubo del conductor, mientras este con voz agitada gritaba, señorita vayase recorriendo.

El frenon intempestivo, clasico de la capacidad como conductores de los camioneros mexicanos, sacó a todos un pequeño gritito el cual aprovechó la cuentacuentos para hacer una pequeña broma, "más o menos así sonaba Susana", la mitad de los pasajeros esbozarón una pequeña risilla culposa, bola de cochinos.

Para cuando terminó su primera intervención el señor que venía a mi lado empezó a ponerme nervioso, mientras mascaba su futigom de plátano, que llenaba el ambiente con ese extraño olor que solo los futigom de plátano tienen, empezó a cruzar las piernas de forma extraña, y a meter sus manos a la bolsas del pantalón, maldita sea, me preocupé aun más cuando escuche el titulo de la siguiente poesía: "El orgasmo femenino"

De entrada, me imagino que la comuna se llama "El orgasmo" porque supongo que lo único que pasa ahí es eso, y se la han de pasar re-bien, porque poetas, así que digamos poetas, tengo mis dudas,

"...mientras mis labios esten mojados..."

mientras la cuenta cuentos pronunciaba una a una esas palabras, unos jovenes que venian parados justo detrás mio y del señor que para este momento habia ya cambiado de mano en el bolsillo por quinta vez, soltarón una gran risa que envolvio en ira a nuestra protagonista, fue entonces cuando se puso buena la cosa, caminó con paso firme desde el tubo que le servia como hacidero ante los acelerones y frenones del caminonero, y sin quitarles la mirada de encima, reclamó: "¿qué les pasa?, ¿de que se rien?, ¿qué chingados van a saber ustedes de mojar unos labios si ni mear derecho saben? Tengo que ser sincero, un pequeño aplauso me arrancó, incluso los muchachos regañados, no soportaron la mirada inquisitiva de la finisima concurencia y decidieron bajar del camión solo dos cuadras y media después de que se les reprendiera.

Para estas alturas el camión ya había recorrido al menos tres cuartas partes de su recorrido, y la muchacha no dejaba de jadear y hablar de lo bien que le habia ido en la feria, sin embargo el raiting habia disminuido de forma considerable, incluso el señor de mi lado, perdió el interes y decidio bajarse en la esquina de insurgentes y Felix Cuevas, fue entonces donde la muchacha decidió cambiar el rumbo de su discurso, además claro, solo quedábamos un skater, dos lindas enfermeras que iban al 20 de noviembre, un ejecutivo de portafolio y corbata a rayas y su seguro servidor.

Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es hablarte y escucharte
construir con palabras un puente indestructible
mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos
mi estrategia es
en cambio más profunda y más simple
mi estrategia es que un día cualquiera
no sé cómo ni sé con qué pretexto
por fin me necesites

"Táctica y estrategia, Mario Benedetti"

Entonces tomó sus cosas y se bajó del camión, no se si al skater, a las enfermeras o al ejecutivo pero a mi me dejó una gran sonrisa, solo habla poesía porque el gusto de hacerlo, asi si vale la pena salir a tomar el camión.

Y entonces me acordé de cuanto me gusta ese texto.

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